[Relato] Magos en la bruma (I)

El humo hendía el ya de por sí cargado ambiente de aquel sótano apenas ventilado. A las fragancias provenientes de todo tipo de pociones y  ungüentos, se sumaba ese olor intenso y nauseabundo que era capaz de debilitar la voluntad de los más fornidos, pero que con la fuerza de la costumbre se aprendía a valorar y a apreciar los distintos matices que componían su aroma.

Sí, sin duda, el viejo Katan había conseguido una de sus mejores cosechas. Aquel mundungus que en otro tiempo le había permitido ahuyentar todo tipo de criaturas, ahora inundaba la estancia para desconsuelo y tormento de su pobre aprendiz, que entre tos y asco se afanaba en realizar los ejercicios de su maestro.

Con gesto pesado, el individuo alargó la mano para tomar una pluma de oca, mojar esta en tinta y comenzar a garabatear un legajo torpemente encuadernado. En el tiempo infinito entre calada y calada, la punta había comenzado ya a describir las primeras inscripciones de aquel estudioso.


....Hace ya casi un año que me uní a la Compañía…. Casi una vida después de todo lo vivido….
Honestamente, no tenía muchas esperanzas de prosperar después de que el borracho de mi maestro me soltase al mundo sin más indicaciones que las que se le daría a un desconocido para llegar a una calle cualquiera de una gran ciudad.
Gracias a la Compañía, he podido conocer lugares increíbles, personas de toda procedencia y condición. Y por supuesto, todo tipo de aventuras y desventuras…

Ya llevan casi dos meses fuera. Después de tanto caminar y escuchar los pregones de Pijus sobre las bondades de la fe errante de Brian, empiezo a sentir en mis piernas el peso de la sedentariedad.

Quizás sólo sea tedio o simple nostalgia, pero añoro las incursiones junto a los chicos, la diarrea verbal de Pijus cuando se trata de atraer nuevos fieles para su religión y también echo de menos la cocina creativa de Oriel, llena de suculentos platos tan sabrosos como dudoso el origen de sus ingredientes.

La comida en el Gorrino Gozador es realmente buena, e incluso está comenzando a alcanzar cierto renombre en el distrito, pero aún así, carece de ese toque salvaje y misterioso que ese bastardo de orejas picudas sabe darle a los platos.... ¿Qué cojones le echará a la sopa de pollo? Creo que casi prefiero no saberlo...

Otra cosa que recuerdo, son los relatos sobre las hazañas del tal Gundemiro junto al fuego durante las noches frías para amenizar el exquisito momento hasta que el sueño se apodera de los afortunados que no tienen que realizar la guardia. Es otra de esas cosas que agradecería algunas noches. Un tipo singular ese Gundemiro. La suerte esquiva no me ha permitido conocerlo aún. Sospecho que se trata de una buena persona. Ese tipo de persona que se deja fluir y avanza por la vida como un arroyo surca su sendero. Sereno e inalterable hasta que culmina su recorrido, sea cuando sea este evento….


Una incesante tos detuvo por un momento el progreso de aquel hombre, que a duras penas, conseguía organizar sus ideas de una forma mínimamente coherente. La voz de su aprendiz, terminó de sacarlo de su ensimismamiento.
  • Maestro, no entiendo por qué tengo que hacer estos ejercicios. ¡No tienen ningún sentido!

Una sonrisa mal disimulada brotó de su boca, rezumando esa repugnante niebla que empañaba la estancia:
  • ¡Precisamente porque aún no lo entiendes, necia! ¿Has acabado? Recoge los pergaminos  antes de volver a casa. ¡Y no te dejes destapada la tinta otra vez!. Debes de tener cuidado con esas cosas. Los componentes son con frecuencia caros y debes de mirar hasta por el último cobre.

El proceso de aprendizaje siempre era complejo cuando de magia y arcanos se trataba. La psique de un mago requería de ciertas estructuras y procesos mentales donde almacenar y asimilar las complejas energías y glifos que una vez establecidos y tras su correcta comprensión, permitían al artífice realizar la gran obra.

Por desgracia, ese largo proceso de tallado y moldeado de la mente tenía un precio muy alto, que no todos eran capaces de pagar. Tan traumático podía resultar, que la persecución de mayor poder conducía con frecuencia a una espiral descendente que llevaba de cabeza a la locura.

Harlum lo sabía. Lo había visto en muchos otros como él. Extrañas manías y comportamientos que delataban el delicado estado mental del individuo. Aquellos más dotados, conseguían por fin alcanzar un tibio equilibrio que les permitía mantener un nivel aceptable de cordura. Pero en cambio… otros no tenían esa suerte y acababan perdidos en los más oscuros y macabros delirios.

Su válvula de escape, sorprendentemente, eran la jardinería y el tallado de madera. Las distintas hierbas para pipa que él mismo cultivaba e intercambiaba, y sus diversos efectos, le facilitaban la concentración. Además, el lento y meticuloso proceso de trabajar la madera lo ataba con fuerza a una realidad que de otro modo, poco sentido habría tenido para él.

Únicamente en el momento en el que se vio sólo en la estancia, decidió continuar con el delicado proceso de poner en orden sus pensamientos y plasmarlos en el papel.

...Dos meses ya que partieron a Visirtán, para asistir a Gundemiro en la búsqueda de ese infierno pétreo, bajo la promesa de fortuna..

Laula ha regresado no hace mucho. Según cuenta, algunos compromisos con su… asociación… le llevan a abandonar la Compañía. Me alegra mucho ver a esa pequeñaja por aquí, aunque me apena que las circunstancias la separen de nosotros.

Siempre recordaré ese aciago día en el que casi nos devoran en las malditas alcantarillas de la ciudad y cómo su coraje evitó que nos convirtiéramos en mierda de criatura, para desgracia del pobre Pijus que salió mal parado y terror mío debido a mi fragilidad e impotencia ante la situación.

Ese retaco ingenioso e hiperactivo siempre tendrá cama, plato y copa mientras el Gorrino Gozador, sea el Gorrino Gozador.

El lado positivo, es que me ha traído noticias de la Compañía. Parecen que están bien. Al menos, dentro de lo que cabe….

Ha transportado consigo un saco con una extraña sustancia que jura y perjura que Oriel extrajo de un gusano gigante que en Visirtán llaman Devorador. Al parecer, su lobo se atrevió a olisquear el producto y sufrió una reacción extremadamente violenta que lo dejó incapacitado. Organizo mis horas entre la investigación de la sustancia y la enseñanza de mi aprendiz, sin contar los muchos esfuerzos que requiere regentar  el Gorrino Gozador para su correcto funcionamiento…

Encima, algún idiota ha dado matarile al único proveedor de Loto Negro de Valion, provocando una escalada de tensión en diversos entornos de dudosa catadura y un serio desequilibrio de poderes. La situación se está complicando más de lo que me gustaría….

Además, puedo presentir que algo se acerca… lo noto en la esencia misma de mi ser, como una perturbación insidiosa que corroyera el tejido mágico mismo...

Necesito vacaciones...


La pluma finalmente descansó en su soporte mientras Harlum espolvoreaba un poco de talco haciendo que la tinta secara más rápido. Retiró el excedente de su superficie, y dando un trago de la botella de hidromiel que tenía guardada en uno de sus cajones, quedó sumido en un profundo sueño sin sueños. Un dulce vacío de oscuridad y quietud reparadora.

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