Receta hidromiel
Se que desde el principio, la mayoría de las publicaciones en este blog han ido más enfocadas al mundo de rol. Sin embargo, la idea original fue plasmar de alguna forma las múltiples aficiones de las que disfruto. Una de ellas, es la elaboración casera de cervezas y licores para consumo propio. Más concretamente hidromieles, vinos de frutas, etc...
Hoy os traigo una receta personal bastante sencilla y a la vez completa para obtener un hidromiel bastante decente con el que compartir con los amigos.
Tradicionalmente, esta bebida se realiza con agua muy pura, buenas mieles y levaduras, que son las que elaboran la deliciosa alquimia de convertir los azúcares del mosto en alcohol etílico.
Junto con la receta, publico también los pasos a realizar para su correcta preparación y embotellado.
Junto con la receta, publico también los pasos a realizar para su correcta preparación y embotellado.
Ingredientes
- 2 Kg de Miel
- 2 garrafas de 8 litros
- 1 globo de goma pinchado con aguja
- 1 tubo de goma de 2 o 3 metros.
- 200 gramos de azúcar de mesa
- 1 rama de canela
- 800 cl de zumo de naranja
- 200 cl de zumo de limón
- 5 gramos de levadura fresca (NO química)
- Mucha paciencia
Procedimiento
El proceso de preparación consta en principio de 5 fases: Preparación del mosto, fermentación, trasiego, clarificación y embotellado y finalmente añejado.
Si queréis realizar menos cantidad de hidromiel, sólo tenéis que ajustar las proporciones.
- 1 Parte de Miel
- 2 Partes de agua
En la receta hago el aporte de casi un litro de zumo de naranja/limón. Podéis omitir este aporte y sustituirlo simplemente por agua.
1. Preparación del mosto
El mosto es la sustancia a partir de la cual obtendremos el alcohol mediante fermentación. Esta sustancia debe de ser rica en azúcares para que el proceso se complete con éxito. En nuestro caso, nuestro mosto se compone de 2 elementos bien diferenciados: miel diluída en agua, azúcar y zumo de naranja y limón.Este tipo de preparado añadiendo zumo de frutas, se conoce como Melomel. Si en lugar del zumo, hubiésemos utilizado una infusión de hierbas, estaríamos hablando de Metheglin, que a muchos les sonará de la genial saga de la Crónica del asesino de reyes :-)
Los pasos a seguir son los siguientes:
- Exprimir el zumo de naranja y el de limón. Mezclar ambos y reservarlo en la nevera.
- En una olla grande, vertemos aproximadamente 6 litros de agua y la ponemos a calentar.
- Echamos toda la miel al caldero y sin dejar de remover, vamos sacando la espuma que se vaya formando al entrar en ebullición. Hay que continuar así durante unos 15 minutos para luego apartar del fuego y dejar enfriar.
En este punto tenemos preparados todos los ingredientes de nuestro mosto (a falta de mezclar los zumos con el azúcar) y al mezclarlo todo debería de empezar a desprender un olor realmente bueno por toda la cocina/cubil/garaje/mazmorra donde estemos preparando el invento.
Una vez mezclados los zumos, la miel con agua y el azúcar, hay que reservar un poco en un vaso a temperatura ambiente. Esto tiene su por qué y lo explicaré luego.
A continuación, vertemos el resto del líquido en la garrafa que habremos preparado para la fermentación. Añadiremos agua hasta completar los aproximadamente 8 litros de producto a fermentar. Y agregamos la rama de canela.
2. Fermentación
En el vaso que hemos reservado, vertemos la levadura fresca y nos aseguramos de remover muy bien para que se diluya.
Esperamos un poco y finalmente, añadimos el contenido del vaso dentro de la garrafa junto con el resto del mosto. Este paso es necesario ya que las levaduras necesitan ser reactivadas para comenzar realizar su alquimia transformando los azúcares en alcohol.
La acidez de la naranja y el limón, favorecerán el proceso ya que las levaduras trabajan mejor en un medio con pH 3 o 3.5 y con los zumos lo conseguimos. La temperatura también es importante y un medio entre 25º y 30º supone un medio idóneo.
Removemos todo muy bien y colocamos el globo pinchado en la boca de la garrafa. Este globo hará las veces de airlock, permitiendo la salida masiva de CO2 que se producirá dentro del recipiente, pero no permitirá la entrada de oxígeno. De esta forma evitaremos que se nos forme vinagre.
Removemos todo muy bien y colocamos el globo pinchado en la boca de la garrafa. Este globo hará las veces de airlock, permitiendo la salida masiva de CO2 que se producirá dentro del recipiente, pero no permitirá la entrada de oxígeno. De esta forma evitaremos que se nos forme vinagre.
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Hidromiel de tipo Melomel fermentando. El globo pinchado hace de airlock. |
Por último, dejaremos el recipiente sellado en un lugar oscuro y fresco durante aproximadamente 2 semanas. Por lo general tarda entre 13 y 20 días en completarse el proceso. Se sabe porque al aproximar el oído, deja de escucharse un burbujeo característico y también, porque el globo perderá rigidez y dejará de inflarse cuando lo purguemos estirándolo un poco.
3. Trasiego
Una vez que termine la fermentación, pasaremos el producto a otro recipiente similar, en el cual lo dejaremos unos cuantos días para que se refine y se aclare, dejando de estar tan turbia. Esto se realiza mediante el trasiego y consiste en traspasar el líquido de la garrafa de fermentación a la segunda garrafa utilizando un tubo de goma.
El procedimiento es idéntico al de los ladrones de gasolina. Colocamos la garrafa de fermentación a más altura que el segundo recipiente, chupamos por la goma y hacemos pasar todo el hidromiel por ella desde un envase al otro.
4. Clarificación y embotellado
Un último paso previo al embotellado, es la clarificación. Como ya he comentado, el hidromiel tendrá un aspecto turbio cuando deje de fermentar. Esto es debido a las partículas en suspensión dentro del líquido.
Hay quien echa diversas sustancias químicas o utiliza Irish moss para eliminar ese residuo y darle un bellísimo tono cristalino. Normalmente son métodos que funcionan bien pero que no todo el mundo puede disponer de ellos.
A estas técnicas, hay dos alternativas. Una es la clara de huevo y otra la gelatina neutra. Omitiré el proceso de la clara de huevo porque puede aportar elementos potencialmente alérgenos. En cambio la gelatina, es una solución muy eficaz y segura.
Consiste en hacer hacer un pequeño aporte de gelatina neutra, tras lo cual se remueve el producto con vigor para que esta se reparta por todo el líquido. Esta gelatina, irá atrapando las partículas y las arrastrará al fondo del contenedor cuando se decante por su propio peso. Podéis encontrar información más detallada en este magnífico enlace.
Aunque la opción más sencilla, es no hacer nada y permitir el el propio paso del tiempo, haga descender ese residuo y restos de levadura. En ese caso, deberemos de armarnos de paciencia.
Si al beberlo se detecta un ligero toque a levadura, es aconsejable dejar reposar el hidromiel un par de meses hasta que se depositen en el fondo del recipiente y se aclare por decantación.
Para embotellar, diluir una taza de miel por cada litro de hidromiel a embotellar. Verter un poco de la miel diluida en la botella y agregar el hidromiel hasta llenar el recipiente definitivo. A este proceso se le conoce como priming.
A estas técnicas, hay dos alternativas. Una es la clara de huevo y otra la gelatina neutra. Omitiré el proceso de la clara de huevo porque puede aportar elementos potencialmente alérgenos. En cambio la gelatina, es una solución muy eficaz y segura.
Sobre con láminas de gelatina neutra. |
Aunque la opción más sencilla, es no hacer nada y permitir el el propio paso del tiempo, haga descender ese residuo y restos de levadura. En ese caso, deberemos de armarnos de paciencia.
Si al beberlo se detecta un ligero toque a levadura, es aconsejable dejar reposar el hidromiel un par de meses hasta que se depositen en el fondo del recipiente y se aclare por decantación.
Para embotellar, diluir una taza de miel por cada litro de hidromiel a embotellar. Verter un poco de la miel diluida en la botella y agregar el hidromiel hasta llenar el recipiente definitivo. A este proceso se le conoce como priming.
5. Añejado
El último paso, consiste en el añejado. Esto es, esperar tanto como nos permita la paciencia para darle tiempo al hidromiel a madurar y tomar los matices que lo diferencian del resto de vinos y cervezas.
Antes de beber, es recomendable dejar las botellas en frío un par de días para desactivar las posibles levaduras que aún queden vivas.
Obviamente si metéis alérgenos, os arriesgáis a llevaros un susto. Así que si bien todo esto no tiene ningún peligro, está bien recordar que ante todo, tengáis precaución y sentido común.
Sobre todo debeis tener en cuenta que podéis echarle lo que queráis. Canela, vainilla, anís estrellado... Lo que sea. Pero por favor, apuntad qué es lo que le habéis echado porque si os da por compartirlo con alguien, al menos que sepáis si lleva o no algo a lo que esa persona sea alérgico.
No recomiendo bajo ningún concepto utilizar este proceso para realizar una destilación posterior. Es extremadamente fácil intoxicarse al consumir alcohol casero mal preparado mediante destilación (por eso me limito únicamente a la fermentación).
Adicionalmente, el consumo de alcohol puede estar prohibido por las leyes locales o su acceso restringido a los individuos mayores de edad según la legislación vigente. Si estáis bajo estos supuestos, no recomiendo la preparación de esta receta.
A la hora de embotellar, las botellas de cerveza de litro (litronas) si son resistentes y tienen tapón de rosca, son ideales (el hidromiel sale muy carbonatada y se necesita que aguanten presión. Cuidado). Además son de cristal y no meterán sabores raros al producto final.
La levadura que he utilizado siempre, es la fresca que venden en los supermercados. PERO OJO: la que venden refrigerada junto a los yogures. No los polvos que andarán por ahí perdidos.
Existen otras levaduras especializadas para determinados vinos o cervezas, pero esas no son tan asequibles ni están tan disponibles como la que os menciono.
El proceso total lleva poco más de un mes. En el peor de los casos, si no tenéis paciencia para refinarla y estilizar el hidromiel, en 15 días podéis consumirla sin problemas aunque esté turbia. Eso sí, esto gana mucho con el tiempo y mejora horrores al cabo de 1 año de envejecimiento.
No debería darle mucho la luz del sol para no alterar las propiedades del producto final. De ahí que las litronas sean también ideales para proteger el producto de la luz solar.
Como ya he dicho, durante la fermentación debería realizarse a una temperatura entre 25º y 30º en condiciones de oscuridad. A algo más de 30º las levaduras mueren y por debajo de 20º pueden aletargarse, dejando de trabajar y arruinando el lote.
Por lo general y en contra de la creencia popular, el hidromiel no sabe a miel. Ni a cerveza. Ni a nada que hayáis probado. Lo más parecido sería algún tipo de sidra o vino blanco blanco espumoso.
Si lo habéis dejado fermentar por completo hasta consumir todos los azúcares (mediante frío lo podéis parar antes), ahora deberíais tener una especie de vino muy seco y muy carbonatado (con muchísimas burbujitas. Casi como si fuese champangne). A mí me gusta bastante, pero no es para muchos paladares.
La carga alcohólica del lote, depende del aporte de azúcares que se haya realizado durante la preparación del mosto. Puede oscilar entre los 2º si os quedáis muy cortos, a los 10º/12º en función de la levadura.
Las primeras veces es normal equivocarse. En mi caso, la primera vez me quedé corto de muchas cosas y sólo saqué 2º o 3.5º. Flojucha, pero con un sabor bastante bueno.
Mucho ánimo y no desesperéis.
Frío está buenísimo :-)
Consejos y descarga de responsabilidad
No me hago responsable del uso que se le de a esta receta. En principio no hay mayor riesgo que una mala cagalera o que sepa la boca a mierda un rato si se falla al sellar el fermentador.Obviamente si metéis alérgenos, os arriesgáis a llevaros un susto. Así que si bien todo esto no tiene ningún peligro, está bien recordar que ante todo, tengáis precaución y sentido común.
Sobre todo debeis tener en cuenta que podéis echarle lo que queráis. Canela, vainilla, anís estrellado... Lo que sea. Pero por favor, apuntad qué es lo que le habéis echado porque si os da por compartirlo con alguien, al menos que sepáis si lleva o no algo a lo que esa persona sea alérgico.
No recomiendo bajo ningún concepto utilizar este proceso para realizar una destilación posterior. Es extremadamente fácil intoxicarse al consumir alcohol casero mal preparado mediante destilación (por eso me limito únicamente a la fermentación).
Adicionalmente, el consumo de alcohol puede estar prohibido por las leyes locales o su acceso restringido a los individuos mayores de edad según la legislación vigente. Si estáis bajo estos supuestos, no recomiendo la preparación de esta receta.
A la hora de embotellar, las botellas de cerveza de litro (litronas) si son resistentes y tienen tapón de rosca, son ideales (el hidromiel sale muy carbonatada y se necesita que aguanten presión. Cuidado). Además son de cristal y no meterán sabores raros al producto final.
La levadura que he utilizado siempre, es la fresca que venden en los supermercados. PERO OJO: la que venden refrigerada junto a los yogures. No los polvos que andarán por ahí perdidos.
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Levadura fresca. |
Existen otras levaduras especializadas para determinados vinos o cervezas, pero esas no son tan asequibles ni están tan disponibles como la que os menciono.
El proceso total lleva poco más de un mes. En el peor de los casos, si no tenéis paciencia para refinarla y estilizar el hidromiel, en 15 días podéis consumirla sin problemas aunque esté turbia. Eso sí, esto gana mucho con el tiempo y mejora horrores al cabo de 1 año de envejecimiento.
No debería darle mucho la luz del sol para no alterar las propiedades del producto final. De ahí que las litronas sean también ideales para proteger el producto de la luz solar.
Como ya he dicho, durante la fermentación debería realizarse a una temperatura entre 25º y 30º en condiciones de oscuridad. A algo más de 30º las levaduras mueren y por debajo de 20º pueden aletargarse, dejando de trabajar y arruinando el lote.
Por lo general y en contra de la creencia popular, el hidromiel no sabe a miel. Ni a cerveza. Ni a nada que hayáis probado. Lo más parecido sería algún tipo de sidra o vino blanco blanco espumoso.
Si lo habéis dejado fermentar por completo hasta consumir todos los azúcares (mediante frío lo podéis parar antes), ahora deberíais tener una especie de vino muy seco y muy carbonatado (con muchísimas burbujitas. Casi como si fuese champangne). A mí me gusta bastante, pero no es para muchos paladares.
La carga alcohólica del lote, depende del aporte de azúcares que se haya realizado durante la preparación del mosto. Puede oscilar entre los 2º si os quedáis muy cortos, a los 10º/12º en función de la levadura.
Las primeras veces es normal equivocarse. En mi caso, la primera vez me quedé corto de muchas cosas y sólo saqué 2º o 3.5º. Flojucha, pero con un sabor bastante bueno.
Mucho ánimo y no desesperéis.
Frío está buenísimo :-)
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